sábado, 3 de septiembre de 2016

Sobrevalorando el "Ganar la calle"


Por @sershus

Somos animales de costumbre. Es sabido. 

La pornográfica sobredosis de exposición explícita de corrupción kirchnerista durante el primer semestre, con su climax en López escondiendo bolsos repletos de dólares en un convento con monjitas de 90 años haciéndose de cómplices a las 4 de la madrugada hace que ningún otro hecho de corrupción vaya a generar impacto en la sociedad por los próximos 5 años. Solo podría ser superada por grabaciones de Cristina escondiendo Yuanes en el estómago del cadaver de Nestor. Cosa que no creo que vaya a suceder. Aunque nada es imposible con esta gente. 

Lo mismo se puede decir del para mí sobrevalorado efecto de "ganar la calle", un concepto muy magnificado por políticos y politólogos pero al cual considero un tanto anacrónico por la memoria colectiva del 2001 y por supuesto, tiempos mucho más añejos a lo largo de toda nuestra historia. 

No digo que no tenga importancia el efecto de una manifestación como lo fue la Marcha Federal. Pero quién se acuerda de la marcha sindical de hace tan solo dos meses y que fue aún mucho más masiva que esta? Y de las plazas de la resistencia comandadas por el asambleísta de patios Kicillof? 

El problema es usar métodos anticuados en tiempos donde la tecnología cambia todo y mucho más si no se considera el efecto contrario que genera la frecuencia con su susesivo efecto costumbre. 

Pasó lo mismo con los cacerolazos a Cristina en su momento. Los organizadores se entusiasmaron y pasaron a organizar uno por mes al que no concurría nadie a pesar de que la indignación era la misma a aquel que fueron cientos de miles. 

A mí entender, ahora en 2016 y desde ya hace un tiempo la batalla no está en la calle. Entiendo que para el kirchnerismo residual es la única batalla posible, la única que pueden ganar porque en todos los demás frentes no pueden ni empezar a hablar sin que se los anule diciéndole "valijas". Pero para el gobierno no creo que estas marchas resulten una preocupación y mucho menos algo que vaya a alterar sus políticas y mucho menos se siguen convocando erróneamente una por semana. 

La única batalla del gobierno es la reactivación económica. Si no llega pronto están al horno. Y no por un grupo social liderado por Esteche, D Elia, Boudou y Larroque. Tampoco por los Yasky ni los Baradel. Sino por la clase media. La que siempre define quién nos gobierna. La que votó Cambiemos hace menos de un año y podría votar a Massa el año próximo. Justamente Massa, alguien que tiene la habilidad de reunir lo peor de cada uno de los que nos gobernaron en los últimos 30 años. 

Saludos.