domingo, 17 de enero de 2016

Estrategia Pro: que florezcan mil Victor Hugos


Por @sershus

Muchos de los que votamos con pasión a Macri en la última elección, hasta hace muy poco nos caía mal. Qué pasó en tan poco tiempo?

Desde la muerte de Nestor, Cristina se radicalizó, eliminó todo elemento de su gobierno que pudiera resultar más o menos simpático para los anti Kirchneristas no acérrimos y se escudó en lo peor de lo peor: Kicillof, Larroque, 678 y todo ese tipo de ineptos y lacras. 

Hace tan solo 6 meses parecía que ganaba Scioli en primera vuelta y para mí, que jamás lo hubiera votado porque jamás le encontré una virtud, me parecía que igual era una buena noticia para Argentina ya que con ese mongo que no sabíamos lo que pensaba el país iba a estar mejor. Tampoco es difícil que el país esté mejor con tan bajo punto de comparación. 

Cuando Cristina bajó a Randazzo y proclamó a Scioli con su sucesor, todos creíamos que Daniel empezaría a despegarse del kirchnerismo pero hizo exactamente lo contrario: se kirchnerizó al punto de parecer un Ottavis cualquiera. A Scioli, que nunca le entraban las balas, le entraron sobre el final con la peor decisión de su historia. Aún peor que subir al bote ese día que volcó (el mismo lo dijo). Y después de la sorpresa de la primera vuelta, donde quedó demostrado que pareciendo Cristina perdías votos, volvió a cometer el mismo error y llevó su Kircherisacion al máximo. 

El resultado de esa estrategia fue que a los que Macri nos caía mal hacia un tiempo atrás, lo terminamos votando con pasión. Y los Kircheristas que detestaban a Scioli lo terminaron aclamando como un soldado más, en aquella plaza del 9 de diciembre donde despidieron a CFK. 

Scioli, que se preparó toda la vida con el único objetivo de ser presidente, que aceptó pasar 12 años en estado de humillación permanente, se quedó sin nada en el último mes por no ver lo evidente. Sin dudas era más inútil de lo inútil que ya sabíamos que era. Su única virtud podía ser saber agacharse, pero demostró que no tiene ninguna. 

Y nosotros, los que nos caía mal Macri y ahora es presidente y ya no tenemos que estar pensando en "lo que sea con tal de que se vayan estos chorros e ineptos", estamos en una situación rara. Muy permeables a que Macri no vuelva a caer mal en muy poco tiempo lo cual es lógico porque nunca nos gustó. 

Pero el Macrismo no se puede dar el lujo de perder su caudal electoral. Debe hacer todo lo contrario, sumar. Y si algo demostraron en este año es que no son boludos. Por eso su estrategia comunicacional es: que florezcan mil Victor Hugos, o Larroques, o Sabatellas, Cerrutis, o plazas/playas Kicillof. 

Mientras más hablen, mientras más se expongan, mientras más se radicalicen, mientras más los vemos pedir lo que nunca fueron (institucionalidad, eficiencia, transparencia), más seguremos bancando este PROyecto. La pasión por Macri seguirá intacta y hasta puede llegar a hacernos enamorar. 

Sigan con las plazas, abran más programas de TV y radio, sigan llevando a Larroque a protestar contra los despidos de Spolzky y a hablar de Censura en los medios. Sigan con Sabatella rebotando todos los días contra la puerta del AFSCA. Sigan, sigan. Que si siguen, no vuelven más 



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